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Del infierno de Maduro al sueño americano: Cómo miles de venezolanos se liberaron gracias al parole

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August 3, 2023

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Los días de María Amaré transcurrían como una pesadilla constante. Sin saber si ganaría lo suficiente para comer cuando despertaba cada día, la venezolana enfrentaba, además, los peligros de persecución política después que su activismo la convirtiera en blanco del régimen de Nicolás Maduro.

Han transcurrido apenas ocho meses desde que salió de su país, pero su vida ha cambiado radicalmente. “Esto es como un sueño hecho realidad”, dijo Amaré a el Nuevo Herald. “Muchas veces, y sobre todo las primeras semanas, no podía creer que estaba en Estados Unidos”.

La joven de 23 años es una de miles de venezolanos que se han beneficiado del parole humanitario que les concedió el gobierno de Joe Biden y que les ha permitido emigrar legalmente a Estados Unidos.

Consultados por el Nuevo Herald, varios de ellos dijeron estar agradecidos por la oportunidad de reiniciar sus vidas y que aun cuando parten desde cero, promete ser un proceso más dulce bajo un ambiente de libertad.

Amaré vive en el estado de Washington tras llegar el 14 de diciembre de 2022 a Estados Unidos mediante el parole humanitario que se otorgó primero a los venezolanos en octubre del año pasado y que luego fue ampliado para incluir a cubanos, haitianos y nicaragüenses.

El programa migratorio requiere que los beneficiarios cuenten con un patrocinador en Estados Unidos que les brinde respaldo financiero y someterse a procesos rigurosos de control y evaluación de tipo biométricos y biográficos de seguridad nacional y seguridad pública.

El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS) informó a el Nuevo Herald que más de 51,000 venezolanos fueron aprobados desde octubre de 2022 hasta finales de mayo y de esos casi 44,000 se encontraban en el país.

En julio el DHS actualizó el número a 58,000 venezolanos aprobados y de esa cifra más de 48,500 ya estaban en EEUU.

Amaré logró establecerse en el país luego de que Kyle Varner, un médico, inversor en bienes raíces y filántropo estadounidense, la patrocinó a ella y a 48 venezolanos más a través de la medida implementada para frenar las llegadas récord de migrantes de Venezuela en la frontera sur.

María Amaré llegando a Estados Unidos en 2022 luego de la aprobación de su parole humanitario. María Amaré/cortesía

El Servicio de Aduanas y Protección de Frontera de Estados Unidos (CBP, en inglés) informó que luego de ampliar el programa humanitario en enero de 2023, los encuentros de cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos en la frontera suroeste registraron una caída del 72%.

El mundo de la joven, que aprendió inglés en YouTube por iniciativa propia, cambió radicalmente al pasar de vivir perseguida, preocupada por la carencia de servicios básicos y de recursos, a trabajar en un programa que brinda educación financiera a jóvenes migrantes.

Relató que en su país natal siempre estaba preocupaba por la luz, el agua y la Internet “porque en cualquier momento (el servicio) se podía ir y podríamos tener un apagón de tres días, entonces no podía trabajar”.

Amaré vivió tiempos muy difíciles en Venezuela. Nació en el seno de una familia de clase media y aunque no tenían lujos vivían bien hasta 2014, cuando la empresa de su padre tuvo que cerrar debido al entorno económico que había en el país.

“Toda mi familia se vino abajo, pasamos tiempos muy difíciles. Pasé de poder cubrir todas mis necesidades a no saber qué pasaría conmigo al día siguiente, así estuve como cuatro años”, recordó.

A ello se sumó la persecución del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) debido a su activismo como coordinadora nacional de la organización Estudiantes por la Libertad de Venezuela.

“Agentes del SEBIN se estacionaban frente a mi casa. Agradezco estar aquí porque puedo hacer lo que me gusta sin que me estén persiguiendo”, dijo la joven que ayuda económicamente a su mamá quien tiene estatus de refugiada en Colombia.

Los del uso sistemático de tortura, ejecuciones extrajudiciales y arrestos arbitrarios. También de crímenes de lesa humanidad, según informes de la ONU.

TODOS A CORRER AL AEROPUERTO

Kyle Varner apenas se enteró del programa humanitario comenzó a patrocinar a venezolanos, de los 49 solicitados, 46 ya están en Miami, Washington D.C, Nueva Jersey y Wisconsin. Pero la mayoría se encuentra en la ciudad donde reside el médico en Spokane, en el estado de Washington.

En varias de las viviendas de Varner se alojan los que residen en Spokane. Los que tienen permiso de trabajo y número de Seguro Social ya están trabajando en hoteles y empresas de diversos sectores.

Pero lo que al inicio fue un proceso ordenado de viaje de sus beneficiados se transformó en uno desorganizado cuando gobernadores de 20 estados anunciaron una demanda contra el parole humanitario exigiendo que se suspenda porque presuntamente viola la ley federal de Inmigración.

Varner planeaba recibir a cuatro beneficiados por semana, pero al enterarse el 24 de enero de la demanda y ante el temor de que un juez suspendiera de inmediato el parole, decidió acelerar la llegada de la mayor cantidad posible de las personas que tenían autorización para viajar.

“Decidí que los beneficiados vinieran lo más pronto posible, incluso, los que tenían boletos aéreos para febrero les dije que les compraría pasajes para que viajaran ese mismo día o al siguiente día”, relató a el Nuevo Herald.

El médico considera que la demanda, que sería analizada por un juez el 24 de agosto, es un “gran golpe” en contra de las personas que tienen más necesidades y perjudicará a quienes utilizan el programa para traer a familiares “porque significaría una separación familiar permanente”.

Maria Antonietta Díaz, presidenta fundadora de Venezuelan American Alliance, Inc, dijo que ella y su esposo se han dedicado a apoyar a familias para la reunificación. Patrocinaron a unos 11 venezolanos.

“Hay muchas familias venezolanas que pasaron el trauma de recorrer siete países, pasar por el Darién y llegaron a EEUU, solicitaron asilo político y están en espera de una respuesta, no tienen estatus que les permita pedir a su familia. De todos los casos que hemos apoyado, son personas que ya están trabajando y llegan a casa de familiares”, precisó.

Destacó que los patrocinados no van a refugios y tampoco utilizan los fondos del gobierno.

“Esto es una forma digna para incorporarse al mercado laboral de una forma adecuada y tienden a ser productivos”, dijo la activista.

PROCESO DE ADAPTACIÓN A UNA NUEVA VIDA

Este es el caso de la familia de Betzy Díaz, quien junto con su esposo, Carlos Villarreal, desde la Ciudad de Hialeah, patrocinó a nueve personas; sus dos hijas, cinco nietos con edades entre cinco a 16 años, el papá de tres de estos niños y su hermano.

Para Díaz, el parole ha significado reunificación familiar, felicidad, reencuentro, celebración y compartir. También ha sido un proceso de adaptación.

“Mis hijas y mis nietos están felices de estar aquí, de sentir que me tienen. A mi nieto menor de cinco años no lo conocía”, dijo Díaz. “La última vez que los vi, los niños eran pequeños. Aunque uno habla por teléfono y videollamada, el contacto directo es diferente. El parole nos ha reunificado, hemos podido compartir Navidad, celebramos nuestros cumpleaños y los de los niños”, acotó.

El proceso de adaptación no ha sido igual para todos, pero tras ocho meses en el país, ya están integrados.

“El menor en Venezuela nunca quería ir al colegio, pero desde que llegó a Estados Unidos está motivado”, comentó Díaz.

Sin embargo, una de las nietas de nueve años se sintió incómoda al principio. “No quería ir a la escuela porque no entendía el idioma, fue como un choque, estaba en cuarto grado, donde necesitas más inglés, pero después de hacer amigos, se adaptó”, explicó.

Hace dos meses sus hijas decidieron mudarse a Orlando para buscar mejores oportunidades laborales.

“Ahora estoy presente en sus vidas, eso me da energía para trabajar con mayor gusto, para ofrecerles una mejor calidad de vida, donde hay futuro, donde pueden estudiar, trabajar, conseguir medicinas”, indicó Díaz.

PARECE UN SUEÑO

Henry Nadales, otro de los patrocinados por Varner, llegó al país el 1 de diciembre de 2022 procedente de Barinas, en el occidente venezolano, y en un mes recibió el permiso de trabajo y la tarjeta del Seguro Social. En la actualidad trabaja en un centro de distribución de la empresa Caterpillar, en Spokane.

El joven de 29 años dijo que su trabajo le permite cubrir los gastos médicos de sus padres en Venezuela. Su mamá sufre de glaucoma y su papá tenía cataratas y “gracias al dinero que les envío fueron a médicos especialistas y están en tratamiento”.

“Parece un sueño vivir aquí, pero hay que aterrizar, saber que es la realidad y esto te hace valorarlo aún más”, dijo y agregó estar sorprendido de “poder comprar ropa y no preocuparte que no tendrás entonces para la medicina” refiriéndose a que en su país tenía que seleccionar a qué destinaba el dinero por la precaria situación económica.

Nadales también aprendió a conducir en EEUU, en Venezuela nunca tuvo la oportunidad, y eso le permite trabajar como operador de un montacargas de maquinaria pesada.

“He aprendido de la cultura norteamericana que cuando ven a alguien intentar y esforzarse en lograr objetivos es muy empática y te ofrecen las herramientas para mejorar”, comentó.

Jenderson Antonio Rondón Mendoza, de 31 años, fue uno de los patrocinados por el médico estadounidense que tuvo que adelantar su viaje cuando se anunció la demanda.

Planeaba viajar en enero de este año y llegó el 21 de noviembre de 2022 procedente de Colombia, donde se le había concedido un estatus de protección temporal.

En EEUU también aprendió a conducir, se preparó para entrevistas de trabajo mientras esperaba por sus documentos y comenzó a estudiar inglés. Y, al igual que sucedió a Amaré y Nadales, su vida cambió radicalmente.

“Cuanto estoy manejando al trabajo y veo el paisaje recuerdo cuando estaba luchando contra el régimen de Maduro hace varios años; peleando en una fila por comprar una harina pan o un artículo de aseo personal; el ir a la universidad llena de gases lacrimógenos, y ahora verme en un país donde se respetan tus derechos”, dijo.

Rondón Mendoza, quien trabaja en un hotel y ayuda económicamente a su familia en Colombia y en Venezuela, planea cursar una carrera y ver la posibilidad de iniciar un emprendimiento cuando domine el inglés.

Adelys Ferro, directora ejecutiva del Venezuelan American Caucus (VAC) considera que la implementación del parole humanitario para los venezolanos ha sido muy exitosa.

“Los procesos de reunificación familiar han sido maravillosos, las oportunidades que se le brinda a las personas, de llegar de manera legal y ordenada, ayuda muchísimo a que no pasen por las penurias que implica estar sin documentos”, indicó Ferro.

Desde VAC esperan que este programa se renueve mientras exista la emergencia humanitaria en Venezuela, al igual que se renovó el parole para los ucranianos, señaló la directora.

“Estar en Estados Unidos de manera legal también le permite a los beneficiarios explorar otros beneficios migratorios o visas de inmigrante que pudieran solicitar con calma, mientras ya se encuentran en el país. Ha sido un éxito rotundo, las personas están muy agradecidas y las peticiones siguen inundando el sistema de USCIS”, indicó Ferro.